lunes, 10 de septiembre de 2007

La Argentina de Culto


La Argentina se ha caracterizado a través de su historia, entre muchas otras cosas, en crear figuras de culto. El inconciente colectivo de nuestra sociedad, entrega a personas que se destacan del resto, artistas, políticos, futbolistas, un don casi místico y construye con ese “ídolo cultural” una relación que roza lo religioso.

Los ejemplos de esto abundan en nuestra sociedad y los nombres propios a lo que los argentinos rendimos alabanza eterna, surgen a borbotones. Sólo a modo de hacer una pequeña lista diremos que entre nuestros ídolos culturales están, Gardel, Evita, el Che, Borges y Maradona.

No es la intención de estas líneas discutir sobre la grandeza, o no, de las obras de estos ídolos culturales. El objetivo, será entonces, intentar dilucidar el por qué de la cuasi santidad que le otorgamos a las personas muy destacadas de nuestro país. Algunos podrán decir, sin equivocarse, que la muerte de una figura, cuando se produce de manera traumática y durante su juventud, (Gardel, Evita y el Che), crea en la sociedad la idea de que ese que murió, lo hizo por nosotros, para dejarnos una enseñanza, como si fuera el cristo que muere para salvarnos. Y que esas virtudes por las cuales la sociedad los amaba en vida, se mantienen después de su muerte. “Gardel, cada día canta mejor”, “Evita, la eterna abanderada de los humildes”, “el Che, por siempre ético y revolucionario”.

La teoría de la muerte joven y traumática la aceptábamos pero, ¿qué pasa con personas como Borges, quien murió pasando los 80, o Maradona, (tal vez el máximo personaje de culto argentino, hasta una iglesia tiene) que aun sigue vivo? Para explicar esto vamos a recurrir a una frase que hace un tiempo dijo Roger Federer, cuando una periodista (y ex tenista) estadounidense le preguntó, que sintió al haber sido galardonado con la orden más importante de su país, Suiza. Roger contestó esto:”Es realmente un gran honor para mi que me hayan galardonado, ya que en Suiza nadie admira a nadie, porque somos todos iguales”. Esta última frase “somos todos iguales” es la que vamos a utilizar para tratar de entender desde nuestra perspectiva el fenómeno de culto argentino.

No está de más decir, aunque parezca una obviedad, que la Argentina pertenece a ese grupo de países pobres occidentales, donde la igualdad que nos propone el imperante sistema capitalista no es más que una utopía, o para decirlo de otra manera una broma de mal gusto. Es en esa desigualdad abrumadora que encontramos en nuestro país, donde la figura de culto se puede dar. Porque en un país, como Suiza en donde todos tienen las mismas oportunidades, la sociedad no tiene la necesidad de mistificar a nadie por más destacado que pueda ser una persona en X disciplina. Llegar a este grado de igualdad social parece difícil de imaginar en la Argentina, por lo menos al corto plazo, sólo nos queda esperar cuál será nuestro próximo personaje de culto.

Tito.-

5 comentarios:

GRUPO 28 dijo...

Este artículo está muy bueno, surgió de una de nuestras tantas charlas. Ahora fijate que hay un programa que expone en el picadero de la TV a gente que no merece estar en ese circo ¿cómo pueden tener un criterio de quien fue "El argentino mas grande"? como Tinelli que evalúa al gato que mejor baila, ellos hacen la misma payasada con jurado y votación de la gente!! Donde los "mitos" son nominados y uno queda eliminado, entonces el criterio es que el Che es más grande que Evita no por lo que hizo sino porque tuvo más mensajes de texto (?). Una manera de seguir denigrando a esa gente, antes las empujábamos al exilio, hoy los ponemos a competir entre sí para ver quien es mejor, o sea que Borges es mejor que Fangio, Maradona mejor que San Martín y Fontanarrosa mejor que el Che como si las disciplinas en las que se destacaron se pudieran mezclar.
Gastón

GRUPO 28 dijo...

Me gustó el texto y coincido en el tema del culto a ciertos personajes. Creo que como veíamos hoy en la clase de Comu 2 los consumos (tv, religión, ropa, etc...) tienen que ver con una búsqueda de identidad y además con tratar de pertenecer a algún grupo, de creer en algo o alguien. Está tan desintegrado el tejido social que no tenemos en quien apoyarnos. Creo que estos "idolos" hablan de esta sociedad. Siempre existieron ídolos, políticos, escritores, genios, gente y dioses a quien admirar. Estaría bueno pensar en qué creemos hoy: eso habla de nuestra historia actual. Yo hoy no creo en nadie, a duras penas estoy creyendo en Dios porque fui educada así, no tengo ídolos (nada de nada), y creo que esto también habla de una carencia. Me parece que la razón y me estoy yendo por las ramas, arrasó con una gran parte de nosotros que hoy está dormida y estaría bueno recuperar.
Con respecto al programa no me lo banco a Pergolini.

GRUPO 28 dijo...

Siempre me olvido de poner que soy yo, bueno yo soy Tamara...o SWT. Esto va para el mensaje anterior y otro de tito.

GRUPO 28 dijo...

Estaría muy bueno comparar el tema que trata este artículo con lo que pasa en otros países latinoamericanos. El caso de Suiza está muy bueno porque pone en evidencia la polarización que hay en la Argentina (en todo sentido). Es el ejemplo extremo que sirve para darnos cuenta de las carencias, como dice Tamy, que tiene cada persona. Y ya no hablamos de carencias de tipo económicas exclusivamente sino en todos los niveles, sobre todo los que tengan que ver con las expectativas que uno tiene, el proyecto de vida (si es que está definido), el afecto, el significado que se le dan a las cosas y a los momentos, etc. Todo esto se relaciona, desde mi opinión, con lo que significa tener un "ídolo" a nivel personal. Ninguno de los que nombró Tito es mi ídolo y me encantaría poder diferenciar claramente este concepto de lo que es "admirar" a alguien plenamente. Creo que "ídolo" tiene que ver más con lo visceral, lo que está fuera de discusión, que no acepta críticas de ningún tipo. A ver si alguien me aclara este panorama...
Yo admiro a Fernando Peña -como ya saben- pero está lejos de ser mi ídolo...
Doli

Anónimo dijo...

Hola Tini, antes que nada felicitaciones por el blog, está muy bueno.

Me gustó mucho el artículo. Coíncido obviamente con que todos los nombrados son personajes de culto o ídolos. A mí me gusta más llamarlos así, no por el significado exacto de la palabra, sino por el uso cotidiano que se le da. Creo que en la Argentina de hoy, tener ídolos es casi impresindible, los ídolos dan esperanza e ilusión y lamentablemente creo que eso es algo que se está perdiendo, por no decir que está totalmente perdido...sobretodo entre los chicos de nuestra generación, que ya resignados nos olvidamos de por qué alguna vez nos pusimos la remera que nos pusimos o repetimoslas frases que repetimos.
Como dijo Loli, ninguno de los que nombró tito son mis ídolos, pero me gusta pensar que si lo son de otras personas. Eso nos permite discutir, aceptar y discernir...y lo más importante a no resignarnos.