sábado, 22 de diciembre de 2007

NO ANDO GANAS

Tener ganas es pensarse haciendo algo que uno quiere. Entonces tener ganas sería igual a querer algo. Pero qué pasa cuando esas ganas no se dan con la misma intensidad o características que a los demás. ¿Dejan de ser ganas? ¿Desaparece la intención de llegar a ese objetivo? No. Por lo menos yo creo que no. ¿Cuál es el parámetro para discernir si las ganas que tiene el otro de hacer algo son verdaderas o no? Según cómo se actúa, dirían algunos. Pero, no entiendo. ¿Cuántas veces una persona hace cosas que no tiene ganas y que le saca el tiempo para hacer las que sí tiene ganas? Pará. Me mareás. Claro, si hay algo a lo que querés dedicarte ¿no?, algo pequeño, no tiene que ser guau, y sentís que nunca llega el momento, ¿es porque se te fueron las ganas? Y, puede ser. No, ¿por qué decís eso? Las ganas se realizan a través de las maneras o formas que uno tiene al alcance para concretarlas. Hay algunos que tienen formas y maneras mucho más simples de concretarlas, entonces las ganas estallan en un segundo y el que lo ve dice: ¡qué entusiasmado/a que está! Pero… ¿es realmente así? ¿Y por qué habría de dudar? ¿No puede haber otra cosa que lo/la movilice para concretar en poco tiempo esas ganas? No, pará, te fuiste a la mierda de vuelta. ¿Qué decís? Que hay veces que una persona encuentra en las cosas una forma de canalizar esas ganas que refieren a otras ganas que nunca antes había podido concretar, ¿se entiende? No tanto. Ok. No importa. El punto está, para mí, en que hay personas que no encuentran tan fácilmente las maneras o formas de canalizar esas ganas. ¿Las ganas serían las mismas entonces? Bueno, no sé si las mismas-mismas, pero similares digamos. Nada es igual-igual, creo yo. Entonces, a la vista de los otros pareciera que, como no se pudo o no se tiene esa forma de canalizar tan fácilmente esas ganas, pareciera que el entusiasmo no es tal. ¿Usás la palabra entusiasmo para no repetir de vuelta ganas no? Sí, sí, sino se repetía mucho. Ok. Sigamos, entonces. No, pará, no tengo más ganas. ¿Pero no querías resolver esto? Sí, pero en otro momento, no me dá la cabeza. ¿Pero seguís teniendo ganas o no? ¡Si, te digo que sí, carajo!

Loly

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto todo lo que vos decís Loly, a veces, me parece lo que pasa es que uno proyecta las ganas de uno en el otro y ahi se crea el conflicto
De todas maneras me gusto mucho la forma en que está escrtita la nota, muy buena
saludos

Anónimo dijo...

Creo que el tema de las ganas es algo que nos pasa a todos en la vida cotidiana permanentemente, a corto y a largo plazo. A veces siento que lo que tengo ganas no se convierte en una prioridad y eso me da bronca...
Muy buena nota.

Anónimo dijo...

No tengo ganas de comentar

Anónimo dijo...

¿A quién se lo habrás querido decir?