jueves, 20 de diciembre de 2007

LA MISIÓN... CAPÍTULO IV

Me fui de aquél local entre sorprendido y asustado. Había salido de Buenos Aires, con la certeza de que sólo yo sabía de la misión y dos días después ya eran cuatro las personas que estaban enteradas de mi tarea.
La mano venía realmente mal. Yo había sido muy claro con mi jefe, cuando le dije que nadie tenía que saber de mi misión y ahora resultaba que no era el único. Ante esta situación inesperada, decidí llamar a Buenos Aires para hablar con el Jefe.

- Buenos días.
- Si Tuquito
- Un momento por favor
- Me informan que el jefe se fue de viaje hoy a la mañana.
- Pero cómo, ¿cuándo vuelve?
- No lo se señor Buenos Días. TUTUTUTU…
- Pero la puta que te parió forro, no me cortes.

Intenté comunicarme de vuelta, pero ya nadie respondió. Salí de esa cabina telefónica, muy transpirado. Sentía que mientras caminaba todos me miraban. Era como si todos supieran para lo que estaba en Madrid. Era como si todos me acusaran, me odiaran. Amarraba bien fuerte mis dos revólveres. Esto era lo único que me daba algo de confianza, de seguridad. Pero entonces me asaltó la dudad, ¿y si ese vendedor de armas, era un infiltrado? ¿y si me había dado pistolas truchas? Tenía que asegurarme que estos revólveres andaban, corrí a ver a la única persona que me generaba confianza, o tal vez no tanta desconfianza: Pascu. Él sabría dónde podía probarlos, para confirmar que estuvieran sanos,
Toqué el timbre de la puerta un par de veces y cuando me disponía a hacerlo por tercera vez, ya un poco impaciente, Pascu abrió la puerta. Su vestimenta era realmente muy poco sería, aunque a esa altura poco me importo. Vestía con un saco príncipe de Gales, musculosa blanca, calzoncillos celestes de rayas negras, medias de traje y pantuflas bien peludas.

- ¿Cómo le va señor, necesita el auto?
- No exactamente, necesitaba pedirte un favor
- Como no, pasé que se debe estar congelando allí afuera. Entré y me cuenta.

La casa de Pascu estaba bastante bien equipada, un dormitorio amplio, living-comedor con un cálido hogar en el centro y un baño y cocina chiquitos pero bien arreglados.

- Dígame en qué le puedo servir.
- Bueno mira Pascu, necesito probar unas pistolas. Tengo que asegurarme de que funcionen bien, por si las llego a necesitar. ¿Vos conocés algún descampado donde podamos probarlas?
- Pero claro, hay un bosquecillo, no muy lejos de aquí, que es justo lo que necesita. ¿Cuándo lo quiere hacer?
- Ahora mismo
- Perfecto me cambio y salimos para allá.

Ya en el Ford, Pascu comenzó a interrogarme.

- Y dígame señor, ¿es muy importante la misión que le encomendó el jefe?
- Si algo, dijo yo tratando de esquivar la conversación.
- Que bueno, al fin algo grande. En esta ciudad de mierda nunca pasa nada. Estos gallegos putos ni siquiera cojen. Todo es pecado acá.
- A mira vos
- Sabe que yo mantengo correspondencia con otros choferes de la organización. ¿Estamos en todo el mundo vio? Y los muchachos me cuentan cada cosa. Tiros, piñas, tetas, culos, merca de todo ¿Por qué mierda me habrán mandado a Madrid? Me cago en el puritano del orto del generalísimo.
- Si me imagino, dije tratando de mostrar interés, cosa que no tenía en absoluto.
- Señor déjeme ayudarlo con su misión, déjeme participar de los tiros y toda la bola. Yo no voy a preguntar nada, se lo aseguro. Puedo serle de mucha utilidad, tengo muy buena puntería, soy muy hábil con las armas. Mi viejo me llevaba siempre de caza, cuando era pibe.
- Bueno no se vamos a ver… ¿cuánto falta para llegar?
- Ya estamos señor, puede bajar

El lugar era perfecto, oscuro, lleno de árboles y nadie a las vista. La noche cerrada le daba un aire a película de terror norteamericana.
Me dispuse a preparar las pistolas, apunté y disparé BAM. Perfecto la primera andaba bien, hice lo mismo con la segunda y obtuve el mismo resultado. Las armas estaban en perfectas condiciones, el comerciante no me había engañado, por lo menos en este punto. Cuando terminé vi como Pascu me miraba y me compadecí de él.

- ¿Querés probar pibe?, dije con el aire de superioridad, que tanto me gustaba utilizar en aquellos campeonatos de tiro que organizaba, Don Cosme en su rute de Lanús y en el que yo siempre era el ganador. Obteniendo como premio a Susana, la puta más cara del establecimiento
- Claro señor, si usted me lo permite.
- Dale dale, tenés que agarrarlo fuerte el fierro eh, como un hombre pibe.
- Esta bien señor, como usted diga.

Pascu tomó la 45 apuntó para el cielo disparó y al instante un pájaro que yo ni había visto, cayó muerto cerca de nosotros. Me quedé sorprendido, este pibe si que sabía tirar.
Pascu me miro con cara de placer.

- Yo le dije, mi viejo me enseño a tirar de pendejo.
- Esta bien, esta bien, necesito que me lleves a esta dirección.
- Enseguida, no es muy lejos de aquí

El corto viaje , transcurrió entre las preguntas de Pascu y mis pensamientos acerca de lo que me esperaba en esa reunión, qué en realidad no sabía ni para qué mierda era.

- Llegamos señor., ¿quiere que baje con usted?
- No esta bien vos quedate acá pispeando, te dejo un fierro por las dudas.
- Esta bien señor como usted diga.
- Cualquier cosa rara que veas le tiras y dejá el auto encendido por las dudas.

Bajé del auto apretando mi revolver, la noche era muy oscura, helada y con algo de niebla. Prendí un cigarrillo y me dispuse a esperar la llegada de las dos personas. Pasaron unos minutos de una tensa clama, que me ponía algo nervioso, debo confesar. Entonces dos sombras se me aparecieron, encapuchadas en sendos pilotos y portando sombreros. No esperaba que uno de mis contactos fuese una mujer…

Continuará…

Tito.-

4 comentarios:

Anónimo dijo...

uuuuh esto va pintando cada vez más. A ver cuando se viene la quinta entrega!

Anónimo dijo...

Espero que ese contacto mujer no sea como Josefita sino....
quiero saber qué más...tiene mucho mambo Tuquito pobre...
Veremos en la próxima entrega que, ¿cuándo es?

Anónimo dijo...

Leo todas las entregas aunque no me gusta comentar hasta que no termine la historia. Una pregunta ¿Lo vas escribiendo en el momento o ya lo tenes terminado y lo vas fragmentando?

Anónimo dijo...

Nico teng varíos capítulos escritos, pero no el final aun. aunque ya estoy vocetando como termina.
¿cuál de los dos nicos sos?
saludos