miércoles, 7 de noviembre de 2007

¿QUÉ TRATO LE DAMOS A NUESTROS PRESOS?


Las cárceles argentinas no tienen nada que envidiarle a la de EE.UU. en Guantánamo, el trato infrahumano que se les da a los reclusos viola todos los derechos humanos más elementales y no respeta ni en una coma a la Constitución Nacional ni mucho menos los pactos internacionales.
Con el caso del domingo pasado en Santiago del Estero los reclusos desmintieron la versión oficial que dice que hubo un motín con la intención de fugarse, para denunciar que el fuego comenzó luego de una represión de los carceleros ante el reclamo de maltrato de ellos y de la requisa a las visitas. Según dijeron los presos: "Nos empezaron a reprimir a los tiros y a los que se asfixiaban y quemaban los dejaban que se mueran”.
El incendio desatado en Santiago del Estero que dejó un saldo de 32 muertos, tiene varios antecedentes: el más próximo ocurrió en el 2005 en la cárcel de Magdalena, en esa oportunidad también hubo 32 víctimas fatales. Luego de esa tragedia hubo un proyecto para que en las cárceles se utilicen colchones ignífugos. En algunas prisiones se comenzaron a repartir, pero sólo en las bonaerenses, dejando de lado las del resto del país. Una vez más hay que esperar un desenlace trágico a la hora de tomar medidas.
Cuando este tipo de situaciones reinciden llega la hora de preguntarse qué está pasando. El colapso del sistema penitenciario se puede ver en la superpoblación y el hacinamiento al que son sometidos los presos donde en algunos casos hasta seis detenidos comparten una celda de dos metros cuadrados con una cama, sin luz natural o aire fresco, sin acceso a un baño o a duchas trayendo como consecuencia enfermedades relacionadas con la falta de higiene.
Es bueno aclarar que en las cárceles no sólo se encierra a asesinos y violadores sino que están repletas de ladrones de mucha y poca monta, pero que en su mayoría son pobres provenientes de los lugares más marginados y vulnerables de la sociedad. A eso se le suman las personas que están encerradas en relación con el tráfico o el consumo de drogas. Según un informe, el 75% de la población privada de su libertad está procesado con prisión preventiva y todavía no ha sido condenado, por lo tanto goza de la presunción de inocencia.
Habría que revisar el concepto de que "la cárcel sirve para la reinserción del individuo en la sociedad" cuando es sabido que aquél que cumplió su condena recibe la espalda de todos. Es común escuchar que la cárcel funciona como una “universidad del crimen” ya que un simple carterista sale como un experto asaltante de bancos. Eso es un llamado de atención a un Estado y a una sociedad que permanecen indiferentes frente a la situación de esas personas. Sería bueno que se entienda que los que están ahí son producto de un proceso social, educativo y político de exclusión.
En este mundo del revés los políticos que han robado de manera sistemática empobreciendo y desvastando al país, al igual que los genocidas, gozan de total impunidad y cuando uno de ellos es detenido circunstancialmente goza de privilegios por el mero hecho de vestir traje; mientras que el que “roba una gallina” es el enemigo número uno de nuestra sociedad y es depositado en esos pequeños infiernos del que nadie puede asegurar que saldrá vivo tenga o no una condena de la justicia.


Gastón

PABELLÓN SÉPTIMO (RELATO DE HORACIO)
Me asfixio! ¡Dios!
Pienso en mi cara… se está quemando, ahora, mi cara… ¡Dios!
Una explosión y los colchones se prenden fuego y nos quemamos
vivos…
Quiero salir, quiero escapar, las puertas siguen encerrojadas.
El pabellón… en un segundo se nubló todo y ya no vemos nada más…
Pruebo trepar hasta un ventanal buscando el aire y me balean fiero
Viejita, amor, hijas y amigas, buscan noticias en la puerta, ahí fuera…

Tiempo después, escucho aún el ruido de loco de los paloteros
buscan así baldosas flojas donde escondemos tesoro y miserias
¡Pobrecito!... Pobre "el cebolla", no pudo más,
se degolló por miedo.
Nadie es capaz (¡No pueden borrar mis recuerdos!)
Nadie es capaz de matarte en mi alma.

¡Y así te dan! ¡Así te quiebra!
Así te dan por culo allí… sin más
Por ésa vez la Vieja Cosechera
vino por mí y no quiso besar mi vida.

Estoy herido, estoy quemado
voy en camilla por el Salaberry
Voy a tratar de hacer conducta aquí
para rajar antes que mis pulmones
Si va a pasar algo conmigo
quiero que sea en libertad… ¡Allá afuera!
¡Y nada más! ¡Irme y nada más!
No quiero ver más gruesa del llavero
ni mirar la pared si el pasarela grita
para tapar los quejidos y lamentos
¡Ya nunca más!
¡Y nunca ya voy a olvidarte, Pablo… nunca!
(Carlos Solari)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada para agragar, todo lo que pienso, sobre este tema, lo pusiste en esas lineas.
Exelente Gato!!!
Tito.-

Pd: Me parece que lo que sigue a esto, es discutir de que manera puede ser superado, de ahora y para siempre, el nefasto sistema penitenciario argentino y en general del mundo.
¿Las cárceles sirven para algo más, que para encerrar y excluir a aquellos que no le sirven al sistema?.
La respuesta es: no creo

Anónimo dijo...

"Lo que más duele es la humillación que el hombre lleva adentro"
Rodolfo Walsh, Operación Masacre.

Esta frase de Walsh para mí es la que mejor pone en palabras la "situación" de los marginados sociales.
Mi opinión es que a nadie le preocupa lo que pasa con nuestro sistema penitenciario porque encima de que ya no "molestan" en las calles, muchos pueden hacer negocios y sacar guita con los reclusos.
Muchos (pero muchos) dicen que no hay que pensar cómo mejorar el sistema carcelario porque sería defender a los delincuentes. ¿Soy la única que piensa que expresarse así es decidir el destino de una persona y darlo como irrecuperable?
Para mí eso es terrible.
Otros dicen que hasta que no te pase algo extremo provocado por un delincuente, no tenés autoridad para hablar del tema. Tengo conocidos muy cercanos que sí pasaron por situaciones como esas y no piensan de esa manera.
No recurren a la venganza ni a defenderlos plenamente.
Hay que aceptar que son parte de la sociedad en la que uno vive y que a cualquiera le puede tocar (desde que te maten a un familiar a que un familiar sea chorro). Es por esta razón que pienso que hay que hacerse cargo y pensar una solución.
Todavía no la sé.