martes, 9 de octubre de 2007

DICEN QUE LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS


Al deporte y la política siempre los dividió una línea muy fina. Los tres casos más relevantes de aprovechamiento político a un acontecimiento deportivo fueron el mundial de Italia 1934, las Olimpiadas de Berlín 1936, y el mundial de Argentina 1978.
Los parecidos entre los dos mundiales son notorios, tanto Mussolini como el dictador Jorge Videla se aprovecharon de las circunstancias por diferentes motivos políticos.

Benito Mussolini -quien para 1934 era el presidente de Italia- anhelaba más que ninguna otra cosa, que su país fuera la sede que albergara a los dieciséis países que disputarían la segunda copa mundial de fútbol de la historia. A pesar que IL Duce solo había visto un solo partido de fútbol en su vida, utilizó todas las presiones políticas y sutilezas diplomáticas que pudo para alcanzar su meta. Nunca se pudo saber por qué Suecia retiró sospechosamente su candidatura en 1932 sin explicar los motivos. Por esto fue que la FIFA designó a Italia como país organizador. El comité organizador estaba a cargo de Aschille Starace y el General Giorgio Vaccaro quien se encontraba a cargo de la federación de fútbol.

El mundial de 1978 fue un objetivo estratégico para el gobierno militar casi desde el momento en el que llegó al poder en 1976. Tanto el ejército como la armada propusieron dos proyectos económicos para el torneo. Ganó la armada donde el marino Carlos Lacoste utilizó todas sus influencias, sobre todo con su amigo Joao Havelange quien años más tarde lo designaría como vicepresidente de la FIFA. El mundial costó alrededor de 700 millones de dólares, 550 millones más de lo que costaría cuatro años mas tarde el mundial de España.


El 27 de mayo de 1934 Mussolini inauguraba el segundo mundial de fútbol. El fascismo -durante el tiempo que duró- realizó una gran propaganda a favor de su régimen. El correo lanzó una serie de estampillas conmemorativas, una tabacalera lanzó los cigarrillos "Coppa del mondo", el estadio Roma fue rebautizado con el nombre de Estadio Nacional Fascista y el de Turín como “Stadio Mussolini”.
IL Duce asistió a todos los partidos con las tribunas repletas de camisas negras y los jugadores empezaban y terminaban cada partido vivando a Italia y saludando con la mano extendida haciendo el saludo fascista. Las banderas italianas siempre aparecieron flanqueadas por las alemanas con las cruz esvástica en el centro.


El 1 de junio de 1978 el Dictador argentino Jorge Rafael Videla declaró inaugurado el 11° mundial de fútbol "bajo el signo de la paz". Holanda y Francia encabezaron un comité para boicotearlo, (el c.o.b.a) aduciendo que había campos de concentración. Gracias a los periodistas que vinieron a cubrir el evento, Las Madres de Plaza de Mayo se hicieron conocidas mundialmente. Una agrupación holandesa donó un hogar que permitía vivir juntas a las madres que se quedaban sin familias.
Las revistas de Editorial Atlántida lideraban las campañas pro gubernamentales: por ejemplo, la revista “Para Ti” regalaba postales a los lectores para que se las enviaran a aquellas organizaciones que protestaban por la violación de los Derechos Humanos.
La revista “Somos” hablaba acerca de un subversivo nominado para el premio Nobel de la paz, llamado Adolfo Pérez Esquivel. Bernardo Neustadt alababa a los militares desde la revista “Gente” mientras que “El Gráfico” inventó una carta que supuestamente le mandaba un jugador de Holanda a su hija diciendo que era “la copa de la paz” y que “de los fusiles de los soldados disparan flores”. El slogan desde Argentina para el resto del mundo era “los argentinos somos derechos y humanos”.


La orden que bajaba de Mussolini a los jugadores de su selección era "vencer o morir". Italia debía ganar el mundial porque "era una orden". Al técnico italiano Vittorio Pozzo le dijeron que dios lo ayude si llegaba a fracasar y a los jugadores la amenaza fue más explícita "ganen o sino crash". Crash era sinónimo de corte de cabeza.
Con toda la presión encima la selección italiana le ganó 7 a 1 a Estados Unidos en su primer partido. En cuartos de final le tocó enfrentar a España con quien tuvo que jugar un partido desempate que ganó Italia 1 a 0. Dos días después, en la semifinal, con un gol de Guaita Austria, quedaba en el camino. Italia alcanzaba la final.
Si bien los jugadores argentinos no estaban jugando bajo amenaza de muerte en caso que perdieran, se notaba el interés de la junta militar por lograr el título de campeón del mundo para asociar el éxito de la cancha con un presunto éxito político.
Argentina contaba con grandes jugadores como Fillol, Passarella, Kempes y Tarantini, entre otros, el técnico era César Luis Menotti. La selección le ganó a Francia y a Hungría en la primera fase pero perdió ante Italia. En la segunda ronda le ganó a Polonia en Rosario, y empató con Brasil. Por este último resultado, para llegar a la final contra Holanda debía hacerle como mínimo cuatro goles a Perú. Argentina ganó 6 a 0. Este se convirtió en uno de los partidos más sospechados de la historia, llenando de dudas hasta a el menos incrédulo. El objetivo de llegar a la final estaba logrado.


La mayoría de los 45.000 espectadores que llenaron el Estadio Nacional eran funcionarios del Fascismo quienes no pararon un minuto de vitorear a Mussolini presente en el palco.
El equipo checoslovaco era muy superior técnicamente y comenzó ganando el encuentro pero el partido fue igualado por el argentino Orsi y eso obligó a ir a un alargue. El desahogo final llegó con el gol de Schiavio llevando a Italia a consagrase campeón. Luego del partido un jugador checo declaró “si bien estoy triste porque perdimos, estoy contento porque les salvamos la vida a once personas”.


El Monumental de River explotaba con las 80.000 almas que acudieron a apoyar a la selección en la final mientras Clemente incitaba a la gente a tirar papelitos para que el relator oficialista Muñoz se enojara por la imagen que se le daba al mundo. Argentina se puso en ventaja a los 38 minutos del primer tiempo con un gol de Kempes, a los 37 del segundo igualó Nanninga para Holanda quien casi gana por un tiro en el poste en el minuto 90. Al igual que los italianos, Argentina para ganar debía pasar por el alargue. Gracias a los goles de Kempes y de Bertoni, Argentina finalmente se consagró campeón del mundo por primera vez en su historia.


Benito Mussolini recibió el saludo imperial por parte de sus futbolistas antes de comenzar a disputarse la final. Luego de la victoria les entregó una gran copa de bronce llamada "Coppa del Duce". Después de la coronación Mussolini mandó a llamar al seleccionado italiano, les acarició las cabezas paternalmente y les entregó 20.000 liras a cada uno.
El presidente de la asociación italiana de fútbol Giorgio Vaccaro afirmó "la última meta del acontecimiento será demostrar al universo lo que es el ideal fascista del deporte".


Fue Lacoste quien al anochecer del 25 de junio desde el palco oficial daba su discurso apropiándose del éxito deportivo para decir "el fútbol ha sido un conducto para que vuelva a empezar la grandeza argentina”.
Videla en su mensaje al país dijo "los argentinos fuimos capaces de vencer a la insidia y al escepticismo".
Todo era júbilo y felicidad, todos salieron a festejar al obelisco y a la plaza de mayo al grito de “dale campeón” y de “el que no salta es holandés”. Muchos decían “ahora que vengan los comunistas a decir que en Argentina pasan cosas raras" y “ahora qué van a decir los periodistas extranjeros sobre el gobierno”. Todos estaban empachados de alegría al igual que el entonces ministro de economía Martínez de Hoz que dijo "debemos seguir jugando el gran partido del proceso nacional". Ese proceso que utilizaba el terrorismo de estado bajo el argumento de restablecer el orden, incluyendo una feroz represión, censura de la prensa y un gran endeudamiento externo. Ese gran partido que para la junta militar una de las canchas donde se disputaba era a mil metros del Monumental.

Gastón

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la comparación Gato. Pero me parece que el slogan " Los argentinos somos derechos y humanos", no es del año del mundial 78, sino un año después (1979), cuando una comisión internacional sobre derechos humanos, (patrocinada por el ex presidente norteamericano Jimy Carter), visitíó la Argentina, por las reiteradas denuncias sobre violaciones a los derechos humanos que se hacían sobre nuestro país.
Si mal no recuerdo fue durante la época del mundial juvenil Japón 79, que consagró al sub 20 de Menotti y el pequeño Maradona.
Saludos
Tito.-

Anónimo dijo...

Gato muy bueno este informe. Me enteré de muchas cosas que no sabía: como lo de Italia y algunas frases tristemente célebres argentinas.
Pensar que al Obelisco y a la Plaza llevaban a muchos de los detenidos de ese momento para festejar....después los volvían a meter en los pozos...Miriam Lewin es una de ellas (si, si, la nombré aunque algunos no se la banquen!)
Esto último es joda pero lo anterior no...

Anónimo dijo...

genial gato!!! Muy impresionante leer las dos cosas a la vez. Es bueno para recordar qué caminos utilizan algunos para distraernos hoy...
SWT.