Despierto como siempre, aburrido de pelearme con las sábanas. El hedor de la mañana, y la inminente consciencia de que estoy ya despertando obligan a que dé por finalizada la batalla nocturna.
Me dirijo como siempre a la heladera. Nunca primero el baño; el estómago, o mi estómago, por alguna razón prima sobre mis riñones. El diario a la mañana siempre me aburrió y creo que por eso lo miro como un elemento más del paisaje de la casa. No atino a distinguir ninguna frase, ninguna fecha, nada... Entonces me dirijo hacia el televisor, sin esperanzas de encontrar algo bueno en la programación. Nunca dan nada bueno los sábados, pero mis hábitos no le dan lugar a mis presunciones. Otra vez lo mismo, esto ya lo ví, esto me aburre, lo de siempre. Me dispongo a apagar, pero decido una tediosa vuelta más por los infinitos 80 canales. Empiezo por el 30, de manera que mis mayores expectativas se depositan hacia el final del recorrido, donde se encuentran los canales de deportes. Nada bueno puede esperarse de un sábado a la tarde. Dejo prendido igual en un canal de fútbol y me voy a lavar los dientes. No sé por qué, realmente debo estar aburrido porque yo nunca me lavo los dientes. Tomo de la heladera (esta vez definitivamente) el recipiente con ensalada de frutas (en realidad es una mixta: manzana y naranja) y me siento a desayunar. Que bien que corto las naranjas... En eso estoy cuando llega tenuemente a mis oídos una voz casi familiar, a la que no puedo restarle atención. Es el relato de Víctor Hugo que proviene de la tele.
Enseguida entiendo todo; mis actos anteriores me han condenado hasta allí, hasta el relato de Víctor Hugo, y entonces comprendo que el destino de mis próximas dos horas está sellado: otro especial más (o quizá el mismo de siempre) sobre el Mundial `86.
No está mal para un sábado a la tarde... Pero esta vez va a ser distinto, esta vez voy a observar las imágenes con ojo científico, dándole importancia hasta a los detalles más ínfimos. La historia la conozco bien y no quiero hacer de esas dos horas otro deja vu.
Que golazo el del coreano..., no recuerdo a nadie que lo haya mencionado al menos una sola vez.
¿Borghi jugó el `86? Por supuesto, pero nunca antes había reparado que fue titular en dos partidos, contra Italia y contra Bulgaria. Y así como estos surgen varios otros: Garré fue titular cuatro partidos, el Negro Enrique no jugó la primera ronda... Toda información inútil, pero por algún motivo disfruto de esos detalles que a la distancia parecen minúsculos cuando en realidad no lo son. ¿Habríamos ganado sin Garré? Quizá sí, lo cierto es que sin Garré o Borghi no hubiéramos ganado de esa forma, o incluso hubiéramos perdido. Cada pieza encajó en un momento determinado en un lugar específico para que todo se diera como se dió. El gol de Pasculli, los goles errados a Uruguay... y el relato que de repente cambia en el partido con Inglaterra. Ahora es Mauro y ese comentarista con esa voz... (¿será Julio Ricardo?). Ahí está Diego manoteando al gol, aunque Mauro y el comentarista digan que claramente fue con la cabeza. Ahí está el segundo gol, la asistencia del Negro, la corrida mágica y el relato... El relato mejor desperdiciado, nunca un gol tan hermoso para un relato tan malo. ¿Por qué ponen a Mauro y no a Víctor Hugo? Algunos afirman que el relato de Víctor Hugo es tan bueno como el gol. Nunca un hecho artístico fue tan bien narrado, tan bien descripto como en aquella oportunidad... A tal punto que no me imagino ese gol sin ese relato; sin el barrilete cósmico, acaso la mejor metáfora de la historia futbolística. Todo eso vino a mi mente al escuchar el pobre relato de Mauro.
Suerte que el negro Barnes no entró antes, igual el boludo de Pumpido se resbala en el gol... Lineker cabecea en el área chica, pelota del arquero... Y si Garré no hubiera jugado sus partidos, no se hubiera lesionado para que entre el vasco. Todavía no logro entender como evita el empate de Lineker (desborde y centro de Barnes). Tal vez sin el vasco la historia hubiera sido otra; así como el chino Tapia DEBIÓ patear al palo esa hermosa pared construida con Diego, de la que nadie se acuerda.
Ahí está la semi. Esos dos golazos que no lo fueron tanto porque la comparación tan reciente con el otro los aplacaban...aunque a algunos el segundo a Bélgica les gustó más que el segundo a los ingleses... Y de repente un viejito pelado en la cancha que recibe tacos de todos lados...
La final la vivo como todo argentino, como si fuera éste el presente. Que golazo Tata, que grande Bilardo, como armó la jugada preparada. Aunque en realidad se lo come el arquero... En realidad, más allá de los méritos de los definidores, los tres goles se los come el arquero. Necesitábamos de la cagadera de Passarella para que el Tata se metiera en la historia. Y ahora Valdano, que juega igual en cualquier sector de la cancha, sale gambeteando desde su campo y pica presuroso hacia el área rival. ¿Quién le da le pase gol? Sí, Burruchaga, como el primero. ¿Alguien sabe de que jugó el Burru ese Mundial? ¿Delantero? ¿Enganche? ¿Media punta? ¿Mediocampista? Y se lo come el arquero porque ¿quién carajo lo obliga a salir hasta el borde del área? El defensor que lo corría de atrás lo hubiera al menos atorado un poco si Valdano seguía; y si pateaba el arquero hubiera tenido más chance desde el arco, hubiera tenido más tiempo para reaccionar. En realidad, el arquero le solucionó el problema al delantero, que hizo la lógica: patear cruzado. Aunque la razón del gol no fue realmente el tiro cruzado. Ciertamente, Schumager hubiera rechazado el tiro con su pie izquierdo. Pero el hábil Valdano elevó ínfimamente su remate al definir, y esa “infimez” fue la que esquivó el rechazo del arquero. Valdano supo eso, o lo intuyó, y por eso impactó la pelota imperceptiblemente más abajo, para que no saliera totalmente rasante. Y al ver ese gol entiendo lo que pasó más adelante. El arquero que se adelantó innecesariamente (creo ver en su rostro –aunque tal vez sea sólo una presunción mía- qué se percató de su error, su segundo en el partido) luego se quedó clavado más de la cuenta cuando Burru realizó su corrida interminable.
De repente un gol de Rummenigge (que no llevaba la 10), que poseía Magath (¿un boricua con la 10 de Alemania?).
Y ahí está el segundo gol, culpa de la defensa y de Pumpido, que no logra cerrar las manos a tiempo. ¿Cómo se había generado ese córner? Valdano, que jugaba igual en todos lados tiró un caño en su campo (pla, pla) y la perdió, y luego Pumpido se inventó un córner.
Minuto 84, año de mi nacimiento, minuto mágico.
Engullo el último bocado de naranja y pienso que la he cortado inusualmente bien, de hecho nunca he podido cortar así la naranja en mi vida. Un tibio rubor roza mi nombre. Pero no puedo pensar en eso, ahí está el pase de Diego, ahí está Trobbiani mirando, testigo privilegiado del gol más festejado de la historia argentina. ¿Trobbiani? Yo recordaba a Valdano entrando por el segundo palo (¿no hubiera sido más prudente un pase al vacío por parte de Burruchaga?) Siempre creí que era Valdano, Trobbiani entraba sobre la hora para tirar un taco. Pero siempre se descubren cosas nuevas en los especiales, aunque realmente me llama la atención mi desatino.
Ahí está Burru picando y tirándola larga, porque la tiró larga...siempre que veo la jugada pienso lo mismo, pero nunca pasa...
Sí, realmente la había tirado muy larga el boludo, pero Schumager debía esperar, debió haber pensado que no le pasaría lo mismo que con Valdano, debió abrir las piernas para que Burru punteara e inmortalizara el momento para siempre.
En verdad, los sábados nunca duermo hasta tarde. Sí, la tiró larga y Schumager tapó con las piernas. Y esa sensación de frescura, como si me hubiera lavado los dientes. La tapó, Schumager la tapó, dos a dos y alargue. Pero yo no tengo cable, nunca tuve. Mi memoria siempre fue frágil, pero creo recordar que el partido lo ganamos 3 a 2 en los noventa. ¿Penales? ¿Eso fue en el `90 o en el `94? O yo estoy muy mal o la realidad está mal. Sí, la tiró larga. Sí, siempre pienso que se la tapa. Pero no es más que eso, un pensamiento.
Ruggeri mete el primero, empata Matthaus. El diario me va a sacar de toda duda. Burru el segundo, y yerra Brehme, bien Pumpido. ¿Dónde mierda puse el diario? Maradona yerra el tercero (siempre los mejores yerran penales), palo, y Rummenigge empata. Tomo el diario y todo parece estar en orden, la fecha bien, las noticias de siempre. Valdano el cuarto y erra Voeller (¿erra o yerra?) En el diario leo “Aniversario del título del `86”. Todo indica que lo ganamos por penales.
Pero mi recuerdo es muy fuerte, fue 3 a 2 con gol de Burru...
O yo estoy mal o la realidad está mal. Aunque si el diario lo dice y si la tele lo dice no queda otra. Ahí va el quinto penal. Ahí va Trobbiani, ahí va Schumager... ahí va otra delusión más, tan real como la otra.
Nico.