QUE FENOMENO CACHO

En la película “El Padrino”, aparece un cantante que esta venido a menos y de golpe su carrera se dispara nuevamente al éxito ayudado por la mafia. Se comenta que ese suceso existió y que el cantante ayudado fue nada menos que Frank Sinatra.
Yo sospecho que en este país sucedió algo parecido con un cantante exitoso de los años 70 que fue condenado al ostracismo y al olvido durante un par de décadas hasta que *PLIN* de un día para otro volvió a estar en la crema de la farándula, requerido por todos los medios y llenando teatros para escucharlo cantar. Este personaje utiliza hasta el cansancio su fama de haberse encamado con todas las minas, contando anécdotas picarescas que hemos escuchado una y otra vez. Como siempre no faltan aquellos que compran ese personaje adulándolo al grito de “eeeh Cacho es un fenómeno, que capo” o exclamaciones por el estilo. Este personaje, a mí gusto canta pésimo, en su momento fue tildado de yeta por el ambiente, encima cantó para Menem en su cumpleaños del año pasado y obviamente no se perdió la oportunidad de salir a hablar barbaridades acerca de la pena de muerte. Pero si alguna vez alguien se preguntó por qué este personaje tan menemista en la década K no estuvo en la crema de la farándula menemista justamente, este post le aclarará un poco ese misterio.

¿Qué hizo esta persona nefasta disfrazada de pícaro seductor en 1994 pleno auge del menemismo? La respuesta nos la da el libro “Pizza con Champan” de Sylvina Walger:

“El compositor y cantante Cacho castaña, Humberto Vicente Castagna y autor de Café la humedad, devino en pai umbanda, cura pacientes y adivina con bola de cristal. Aunque hasta el momento nadie lo ha convocado para integrar algún elenco político. Castaña considera que Menem ha hecho todo lo que él hubiera querido hacer y amenaza con poner un aviso en un diario que diga “cantante labicarnoso morocho, se ofrece para gobernar” El pai-cantante piensa disputarle a Duhalde el trono de la provincia de Buenos Aires porque quiere “comer un poco de la torta”. Aunque se encarga de aclarar que él afanaría con dignidad porque por lo menos haría cosas”. Nunca se llevaría “ciento cuarenta palos verdes”. Le parece exagerado.

Gastón