lunes, 22 de junio de 2009

LOS INTERROGANTES DE LA CENTROIZQUIERDA PORTEÑÁ...

Les dejo dos notas que salieron en el Página/12 de hoy. Ambas retoman el debate que se abrió en torno de la disputa electoral entre Heller y Pino.
La cuestión será como las entiende Argumedo, y entonces el Kirchnerismo y la oposición en todas sus variantes (política, económica y mediática) son lo mismo. O las cosas son como las plantea Forster y entonces son los del Proyecto Sur los que no entienden el peligro del avance restaurador, y con su discurso y hasta con su praxis son funcionales a la derecha.
El debate esta abierto, que se desate...
Tito.-
Política e ingenuidad
Por Ricardo Forster
Mientras el miércoles por la noche miraba el debate de los candidatos a diputados por la Capital Federal no podía dejar de preguntarme, por un lado, si existe la ingenuidad en política y, por otro lado, si todavía persiste entre nosotros la profunda desideologización de los años ’90, época, como todos recordarán, en que se anunció a los cuatro vientos una doble muerte: la de la historia y la de las ideologías, con lo que se habían vuelto vetustas y anacrónicas las referencias a derechas e izquierdas. En el tiempo dominado por la lógica del mercado y la estetización posmoderna de todo, ningún anclaje significativo podía ofrecer nada relevante, ninguna memoria política podía perturbar el juego de equivalencias que borraban historias, posicionamientos, conflictos, herencias político-culturales, resistencias, derrotas, hegemonismos, explotaciones, clases sociales, violencias (y la lista es demasiado extensa como para continuarla). Una nueva forma de lenguaje pasteurizado, construido con los retazos del marketing, la publicidad y la reingeniería empresarial, se ocupó de darle rienda suelta a la neutralización de la política, a su sometimiento a las gramáticas audiovisuales y a los designios de la industria del espectáculo.
Clausurado, por inactual, el tiempo de las derechas y las izquierdas, lo que reinó durante aquella década y hasta 2003 fue una suerte de naturalización de las construcciones neoliberales. Naturalización del mercado como referente primero y último de todas las relaciones sociales; naturalización de una estructura de valores que proyectó a escena al ciudadano-consumidor, ese mismo que concibió la vida social y democrática como si fuera un paseo de compras por un shopping center que, eso sí, tenía que venir con satisfacción garantizada; naturalización de una forma extrema de individualismo asentada sobre la fragmentación social y la profundización de la brecha entre ricos y pobres; naturalización, también, de la pobreza que se equiparaba a la lluvia, a un fenómeno de la naturaleza y que sólo podía ser tratado desde la perspectiva de la filantropía; naturalización del periodismo y de las corporaciones mediáticas como reaseguro de la misma democracia, silenciando los intereses defendidos por esas mismas corporaciones; naturalización de la reducción de la política y de los políticos a las demandas de las nuevas estéticas televisivas. Todas estas naturalizaciones venían a esconder un sistema de dominación que a lo largo de varias décadas llevó, hasta alcanzar dimensiones escandalosas, a la concentración de la riqueza en cada vez menos manos y a vaciar la relación entre democracia, política y litigio por la igualdad.
Mientras que en el debate televisivo Carlos Heller fue el único que intentó, con diversa suerte, regresar sobre los núcleos ideológicos que se estaban poniendo en juego, los otros tres candidatos se dedicaron mancomunadamente a descargar casi todas sus baterías sobre el kirchnerismo. No sorprende que ésa haya sido la estrategia de Michetti y de Prat Gay, ambos son deudores directos e indisimulados de una derecha que no se nombra como tal escondiéndose en la retórica del fin de las ideologías; sorprende que alguien como Pino Solanas, que dice expresar una posición nacional y popular, se haya dedicado todo el programa a bombardear a un gobierno que tiene como principal contrincante precisamente a la derecha neoliberal entramada en la alquimia de corporaciones económico-mediáticas y de partidos que simplemente se han transformado en correas de transmisión de esos intereses concentrados.
Pino Solanas eligió la estrategia de horadar la candidatura de Heller, desconociendo lo realizado en estos últimos años, jugando sin disimulos el juego de la derecha que lo trata como a una niña bonita que viene a legitimar lo que en la boca del macrismo o del gorilismo neorradical sería imposible de lograr. Pino colocó su prestigio, aquel que viene de una película como La hora de los hornos, para acabar favoreciendo a la única alternativa real de poder, la derecha restauracionista y privatizadora, que puede venir a sustituir al kirchnerismo en esta etapa histórica. No hubo, en prácticamente todas sus intervenciones, una denuncia de esa alianza neoliberal que viene, desde el año pasado, avanzando como una amenaza poderosa sobre los aciertos, y no sobre los errores, primero del gobierno de Néstor Kirchner y ahora de Cristina Fernández; no hubo junto a un denuncismo antigubernamental efectista algo equivalente dirigido contra aquellos que no sólo vienen por todo en la Argentina sino que buscarán también desestabilizar al resto de los proyectos populares que vienen desplegándose en Sudamérica y de los cuales este gobierno ha sido una parte fundamental. Poco o nada parece importarle a Pino Solanas el destino de Bolivia, de Ecuador, de Paraguay; poco o nada le preocupa el regreso de la derecha al poder, porque él y los suyos se imaginan como los herederos de la caída del kirchnerismo.
Así como el diputado Lozano votó junto con toda la derecha contra la Resolución 125 e hizo lobby para que los senadores de Tierra del Fuego hicieran lo propio, el miércoles pasado, en el debate televisivo, Solanas se dedicó a criticar con saña y sin ninguna mediación posible a un gobierno que, más allá de deficiencias y errores, ha hecho girar el tiempo argentino hacia una perspectiva reparadora de lo popular. Nuevamente termina por elegir quedarse junto a aquellos que desguazaron al Estado, que brutalizaron la política, que naturalizaron la pobreza y la desigualdad social, y lo hace recurriendo a un arsenal supuestamente progresista y popular, algo semejante a lo que su aliado de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, viene haciendo desde el 11 de marzo de 2008, habilitando a la Sociedad Rural a través de los recursos simbólicos de una federación que se pasó con armas y bagaje al campo de sus antiguos enemigos.
Quisiera imaginar, amigo lector, que es posible que exista la ingenuidad en política, que lo de Solanas fue simplemente una estrategia, muy mezquina, para restarle algún voto a Heller y ganarlo para su lista en esa apuesta por convertirse en el nuevo referente de una alternativa popular; quisiera creer en esa ingenuidad o en esa pequeñez, pero algo de lo impropio, algo que no nació en el debate televisivo de los candidatos sino que se viene expresando desde hace más de un año, me hace dudar, ahora, de mi propia ingenuidad a la hora de preguntarme por qué ese silencio de piedra para criticar a la derecha restauracionista, mientras se descargan todas las granadas sobre un gobierno acosado por esas mismas corporaciones de las que nada dicen realmente Pino Solanas y Claudio Lozano o que, en el momento de la verdad, terminan por defender como lo hicieron durante el debate por la 125. Nada más difícil que disputar efectivamente la renta y no, como otros, que sólo lo han hecho de forma retórica; nada más claro que ver cómo actúan las corporaciones y a quién quieren desbancar para entender si estamos ante una ficción, como dicen Pino Solanas y los suyos, o ante una compleja lucha política, económica y cultural. ¿Ha sido acaso una ficción la disputa por la renta agraria extraordinaria, o la que se abrió con la renta financiera a partir de la reestatización del sistema jubilatorio, o la que se avecina en la disputa por la renta simbólica a través de la nueva ley de medios audiovisuales? La derecha, estimado Pino Solanas, sabe cuándo algunas cosas van en serio o cuándo otras son mera cháchara testimonial.
Muy diferente ha sido y es la actitud tomada por Martín Sabbatella que, aunque no coincidamos en su decisión de presentar en estas elecciones una candidatura propia y diferenciada, lo ha hecho sin desconocer los méritos de lo realizado por el Gobierno y sin apelar a la lógica de la impostura y de la denuncia espectacular ni, mucho menos, dejando de criticar centralmente a la derecha. Lo ha hecho y lo hace con honestidad y sin plegar sus banderas y sus ideas. Lo de Pino Solanas ha sido de otro orden, ha tenido una virulencia verbal que sólo se podría conjugar y corresponder si su oponente fuera esa derecha restauracionista que espera paciente su turno para volver a ser la dueña de los destinos del país. Pero no, él y su partido han elegido como enemigo al gobierno sin importarle nada o casi nada la recuperación del sistema jubilatorio, la reestatización de Aerolíneas Argentinas, el saneamiento de la Corte Suprema, la política de derechos humanos, la defensa del trabajo y del salario en un contexto mundial de crisis y de políticas atentatorias contra los intereses de los trabajadores en la mayor parte de los países centrales, la construcción de un espacio latinoamericano atravesado por lo democrático, lo popular y lo emancipatorio que, entre otras cosas, contribuyó a frenar a la derecha fascista y separatista de la Media Luna boliviana, que les otorgó a 1.800.000 ciudadanos sin ninguna cobertura el derecho a jubilarse, que viene mejorando ostensiblemente la inversión en educación e investigación... Han preferido el sí... pero como forma de desconocer el giro histórico que se dio en nuestro país desde el 25 de mayo de 2003; han preferido el discurso de la impostura y de la ficción como si nada hubiera sucedido realmente y todo fuera apenas un engaño que no hace otra cosa que encerrar la continuidad del menemismo.
Mucho queda por hacer y por profundizar; muchos son los flancos débiles y las deudas con los que menos tienen; mucho queda por resolver con relación a los recursos naturales, a la protección de los glaciares, a la verdadera reconstrucción de un Estado devastado, a la imperiosa necesidad de llevar al Congreso una nueva ley de medios audiovisuales y a profundizar la redistribución de la riqueza; también mucho y decisivo queda por hacer a la hora de construir nuevas formas políticas de participación popular. Seguramente el 29 de junio estaremos discutiendo todo esto y más, sabiendo que un mismo espíritu emancipatorio debería reunirnos a todos aquellos que seguimos imaginando un país más justo, igualitario y libre; y sabiendo, también, dónde está el peligro, allí donde la amenaza de una restauración conservadora insiste sobre nuestro tiempo argentino.
Almas bellas o bocas cerradas
Por Alcira Argumedo
En su artículo “El voto de las almas bellas” (Página/12, 15-06-09), Mario Toer nos invita a reflexionar sobre las próximas elecciones legislativas y se ocupa en especial del voto de las almas bellas, de aquellos que “quieren lo mejor para sí y para sus semejantes, pero padecen de una crónica aversión para repasar y comprender la historia y les cuesta entender la dimensión de la política”. Al igual que Carlos Heller (Página/12, 14-06-09) cuando dice “el voto romántico es un voto perdido” es fácil percibir que se convoca a votar con realismo político ante opciones supuestamente claras: “O se es protagonista con las mayorías consolidando el curso que se ha abierto o se persiste en los antiguos cenáculos que rondan el 1 por ciento en algunos distritos o, a lo sumo, en la variante nutrida de fantasías de celuloide que se conforma con contar con alguna presencia tan sólo en la ciudad que siempre ha sido esquiva a las mayorías con incesantes reclamos por todo lo que resta por hacer”. Durante los últimos seis años, el celuloide de Pino Solanas no registró fantasías sino realidades dramáticas, con información que nunca nadie pudo desmentir. Fue precisamente el contacto directo con esas realidades, con el potencial humano sufriente de la Argentina profunda, lo que nos llevó a formar Proyecto Sur y a la decisión de tener voz en el Parlamento. Porque no se trata sólo de “todo lo que resta por hacer” sino además de lo que hay que deshacer.
A modo de ejemplo, sin dejar de reconocer las cosas buenas que apoyamos del actual gobierno, en el próximo celuloide –Tierra sublevada– se aborda el tema de la minería a cielo abierto. Es conocido el veto a la Ley de Protección de Glaciares por parte del matrimonio Kirchner y el posterior aval a ese veto de un Parlamento sumiso, que antes había votado la ley casi por unanimidad. Tal decisión favorece sin duda a la empresa Barrick Gold y al gobernador kirchnerista de San Juan, José Luis Gioja, junto a sus socios o amigos; pero es preciso interrogarse si favorece a la inmensa mayoría de los argentinos, a sus hijos y a sus nietos. La información periodística señala que en el proyecto Pascua-Lama para la explotación de oro y plata a cielo abierto, la empresa utiliza 370 litros de agua por segundo: sacando cuentas, esto significa que en doce meses gasta el agua potable que una población de 40 millones de personas bebería en 24 años; y el agua que esa cantidad de población podría beber durante un siglo, la liquida en cuatro años. A ello se suman 17 camiones con cianuro por mes, que son volcados en tierras y aguas, además de 200 camiones de explosivos mensuales, destinados a la destrucción de montañas y glaciares: es el Potosí o La Forestal de nuestros días. Las almas bellas saben que el agua potable es un recurso indispensable para la vida y tiende a escasear en un futuro no muy lejano; la resistencia popular crece a pesar de las intimidaciones, pero los realistas políticos prefieren mantener la boca cerrada. Este es uno de los problemas que vamos a intentar deshacer desde el Parlamento.
A fines de 2006, el presidente Kirchner promovió la modificación de la Ley de Hidrocarburos mediante la llamada Ley Corta, por la cual los yacimientos de petróleo pasan a las provincias y se prorrogan las concesiones: esa decisión significó entregar a las corporaciones petroleras reservas por un monto aproximado de 600.000 millones de dólares, equivalentes al doble del PBI actual del país. Apoyada por el presidente, la ley posibilitó la entrega de Cerro Dragón a la Panamerican Energy hasta su extinción total en el 2047. Sobre esta base se prorrogaron o se entregaron nuevas concesiones en el resto de las provincias petroleras: el por entonces amigo gobernador Julio Cobos otorgó la mitad de los yacimientos mendocinos al grupo Vilas-Manzano (el mismo que robaba para la corona). Las almas bellas saben que esto es un latrocinio, pero los realistas políticos cierran su boca porque de eso no se habla en la Casa Rosada. Es otro de los problemas por los que vamos a luchar para deshacer desde el Parlamento.
Entre lo mucho que queda por hacer, ante todo afirmamos que el hambre es un crimen en tanto es evitable y estamos dispuestos a promover una ley para garantizar el ingreso universal por hijo. Debe mencionarse que quienes pagan impuestos a las ganancias o son tributarios de AFIP ya lo reciben, porque lo descuentan de sus aportes; mientras a los trabajadores en blanco se les suma al salario. El desafío es extenderlo a los trabajadores precarios y en negro, a los desocupados, a las familias en condiciones críticas. Se calcula que el otorgar 350 pesos por hijo, permitiría –junto a otras medidas de mediano plazo– eliminar la pobreza y la indigencia, disminuyendo sensiblemente la mortalidad infantil. Por razones obvias, la suma se entregará directamente a las familias, sin intermediarios. El monto calculado para erradicar este flagelo gira en un 2 por ciento del PBI, unos 7000 millones de dólares: las cifras comparativas indican que esto significa menos de la tercera o la cuarta parte de la renta energética –unos 25.000 a 30.000 millones de dólares por año– que queda en manos de las corporaciones y sus amigos; sin contar que se han venido otorgando subsidios del orden de 10.000 millones de dólares anuales a las grandes empresas locales o transnacionales.
Considerando que durante los últimos seis años la economía argentina creció a las tasas más altas de su historia, nos preguntamos por qué millones de compatriotas continúan sufriendo en la miseria; por qué, junto a otros cambios, no se ha impulsado la reforma de un perfil impositivo de alta regresividad, no se tocó la ley financiera de Martínez de Hoz ni se eliminó el IVA para los artículos de la canasta familiar. Mencionemos también una revisión de la legitimidad de la deuda: si la acción delictiva de los capitales financieros especulativos llevó al derrumbe de Wall Street y de las economías de la Unión Europea y Japón, imaginemos su accionar en nuestros países. Las almas bellas se indignan, pero los realistas políticos prefieren mantener sus bocas cerradas.
Estas son sólo algunas de las propuestas que Proyecto Sur llevará al Congreso ante la magnitud de la crisis mundial, que marca un cambio de época al conjugarse con los impactos de la Revolución Científico-Técnica. Dado que se trata de una crisis de sobreproducción por carencia de demanda, el único camino para superarla es una redistribución en gran escala de la riqueza: continuar con políticas que benefician a los poderosos a costa del sufrimiento de los más, no solamente es injusto; significa estar a contramano de la historia. En consecuencia, no es cierto que debemos elegir entre la derecha y un oficialismo que representa al movimiento popular. La verdadera opción es entre la continuidad de las políticas que privilegian al bloque de poder dominante, conformado por las corporaciones y los grandes grupos económico-financieros –con sus tensiones y conflictos internos– o impulsar un giro en el rumbo de nuestro país, con un proyecto en favor de las mayorías sociales y de los intereses nacionales, dispuesto a frenar el despojo al que nos ha venido sometiendo ese bloque de poder. Al margen de las retóricas de oficialismos y oposiciones (González, Página/12, 16-06-09), demasiadas veces hemos sido extorsionados por una espuria polarización, donde las amenazas del mal mayor fueron frustrando la construcción de una fuerza política, decidida a revertir décadas de saqueo e impunidad y a promover un proyecto nacional y latinoamericano capaz de dar respuestas frente a los desafíos de un nuevo tiempo histórico. Por eso hoy se necesitan muchas almas bellas y no tantas bocas cerradas.

12 comentarios:

Tito dijo...

Muchas de las cosas que dice Pino son ciertas (aunque creo que tiene un profundo desconcimiento entre costo y beneficio, cuando habla del petroleo. si fuera como el dice seríamos Kuwuait).

Pero creo y en esto comparto con Forster que Solanaz no entiende o poco le importa el avance de los sectores más conservadores de la política.
La gente del Proyecto sur se ha puesto como enemigo número 1 al gobierno, cosa que considero que es un grave error, ya que difinitivamente le hace el juego a la derecha que claramente los usa en su beneficio.

Coincido plenamente con FOrster cuando dice que la actitud de Sabattella es mucho mas inteligente y noble, ya que se niega a hacerle el juego a la derecha, criticando lo que considera que está mal y apoyando lo que piensa que estña bien.

Pino en cambio ve todo mal, sin medir las consecuencias de sus dichos y sobre todo de sus actos. Como por ejemplo cuando su diputado (Lozano), votó en contra de las retenciones aun teniendo en cuenta que con esa ley iba pegada la ley de arrendamientos que el mismo había propuesto.

Saludos

Gastón dijo...

Yo tengo una duda, si "el progresismo" opiniendose al gobierno es funcional a la derecha. El gobierno es funcional a quien en este caso?

Dotas dijo...

El juego a la derecha se lo hace el propio gobierno al encerrarse en la estructura multiservicio del pejota en lugar de ampliar el espectro hacia una centroizquieda socialdemócrata. Claro que para esto se deben hacer alianzas, pensar en mediano y largo plazo, aceptar el disenso y no tratar de traidor o idiota útil a todo aquel que se le ocurre la loca idea de levantar la mano para hacer un comentario. Después se quejan pq no tienen cuadros! Ya lo dije muchas veces, si el próximo gobierno es de derecha expresa llegará gracias al terreno fertil que le dejará el kirchnerismo con su tacticismo de corto plazo, su mal uso del poder y por haber trasladado la lógica de gobierno de Santa Cruz "patrón de estancia" a nivel nacional. Habrá q esperar el resultado de las elecciones pero es claro que los K perdieron caudal electoral y se inventaron una oposición que no tenían. En lugar de aprovechar eso para delinear un nuevo modelo político estratégico, lo fue dilapidando por tácticas torpes cortoplacistas. El que haya votado hace dos años a K y ahora vote otra opción, no va a cambiar pq un opositor lo convenció, sino pq se desilusionó con K (si es q cometió el error de ilusionarse). Es decir, la oposición gana lo q pierde o dejó de ganar K. Decime si eso no es hacerle el juego a la derecha!

Lejos el mejor slogan de campaña es el de Sabatella: "Ni volver al pasado de la oposición ni limitarse al presente del oficialismo".
Lo de Pino, coincido con Forster, es testimonial. Pero lo de Heller también.




PD: lo de la 125 es el mejor ejemplo de torpeza e impericia política por enceguecimiento.

Dotas dijo...

Una apostilla:

Juntemos firmas para decretar el 28/06 el día de la muerte de la propaganda política o el más moderno MKT político. Al Acuerdo Cívico y Social no le basto con poner a Prat Gay como primer candidato que ahora la rematan con un spot radial donde terminan diciendo algo asi como "Para que Paco, vuelva a ser Francisco" intentando decir que antes Paco era un apodo, y ahora una droga, etc..., Más allá de la poca chispa creativa del spot ETE AQUÍ Q FRANCISCO ES El NOMBRE DE TU PRINCIPAL COMPETIDOR EN LA ELECCIÓN!!!!!!!!!!!

Como si De Narvaez hicera un spot rodeado de margaritas y diga..."Margarita, la mejor flor, AYUDALA!

Mi más sentido pésame a la comunicación política...

Tito dijo...

La 125 salió de diputados mucho mejor de lo que había llegado, llevaba pegada la la ley de arrendamientos. más los fletes y las retenciones a los pequeños productores menos del 25%.
Fue sin duda la medida más progresita del gobierno de Crisitna (que las tuvo muchas, y muchas más que Nestor), sin embargo la gente de solanaz votó en contra. Y mal que te pese a vos fueron funcionales a los grandes terratenientes, eso mismos que Pino critica porque contaminan con el glisofato.
Dotas vos siempre ves todo mal, no hay forma de cosntruir nada así, sos igualito a la oposición, de izquierda y de derecha

Gastón dijo...

No respondieron a mi pregunta. Si la izquierda es funcional a la derecha el gobierno a quien es funcional?

Dotas dijo...

Ya la respondí, a la misma derecha de la cual dice que la izquierda es funcional.

No veo todo mal, pidieron una respuesta y di la mía que de paso acoto que me resulta bastante evidente.

Sobre la 125, si para empezar a debatir el tema arrancas hablando de "Terratenientes" ya está todo dicho. Método viejo para escenario nuevo. Imposible encontrar un solución.

Todo eso q se prometía en la ley, eran compensaciones que vencían el 31/10 del mismo año. Las compensacione anteriores no las estaban entregando según lo acordado y pretendían que le acepten más promesas de compensaciones. En el medio, las 7 grandes cerealeras exportadoras seguían creciendo y oligopolizando el mercado como durante todo el kichnerismo. No querer ver esto y esconderlo detras de un supuesto discurso nacional y Popular es una de la stantas razones por las cules el gobierno esta perdiendo caudal electoral.

Tito dijo...

Hay dos cosas objetivas la ley tenía pegado el proyecto de arrendamiento y para las compesaciones había un tiempo prudencial para cobrarlas, lo que pasa es que lo señores no querían hacer el tramite como cuqlueir hijo de vecino.
Lo demmás son cuestiones de la que Lozano sólo vocifero y poca proueba trajo. Eso si si hubiera querido luchar contra esos grandes mercaderes no hubiera votado a favor de la SR.
y con respecto a lo de Terrateniente, qué otra cosa es Llambias o Biolcati, que otra cosa es alguipen que dice "hay que emter a los peones en los camiones y decirle a quien hay que votar".

Pasando a otro tema: Que suerte que escuhe hablar a Binner
"Todos los movimientos hegemónicos terminaron mal" cuáles no dijo ninguno
El peronismo dice el periodista bueno el peronismo por ejemplo dice binner. Nada dijo que al peronismo terminó mal porque lo voltearon y festejaban por ejemplo los socialistas.
Después nada mas. Muy buena la esperanza blanca del progresismo medio, no? jaja

Gastón dijo...

Che Tito "neoperonista" contesta mi pregunta.

Tito dijo...

Como para mi a la izquierda de este gobierno no hay nada, por añadidura el gobierno es funcional a los que tenemos una idea progresista de la política.
No me corras neoapocaliptico ja

Dotas dijo...

Muchachos....el Neoperonismo van a ser Scioli, Massa, entre otros dentro de un par de años...

Tito dijo...

Hoy estas Lilito Dami, como te maarfocias eh