martes, 5 de febrero de 2008

LA MISIÓN... CAPITULO VI

Me levanté de un salto entre aterrorizado y borracho, del sillón donde estaba sentado junto a un par de chicas. Saqué mi revolver del pantalón y empecé a los tiros en medio del establecimiento. Las prostitutas empezaron a correr y a gritar, todo se volvió un caos de película de vaqueros. Tirando tiros estaba yo, cuando el brazo de un hombre me arrastró hacia la puerta del local y me subió a un auto.

- Señor, ¿está bien?
- Pascu, la puta madre que te parió, del pedo que tengo no me di cuenta quién me llevaba, pensé que me estaban secuestrando estos hijos de mil putas.
- Quédese tranquilo señor, en cuanto vi lo que pasó, me abalancé entre las putas para rescatarlo de este quilombo. Pero dígame, ¿qué mierda fue eso? Dijo Pascu mientras manejaba a toda velocidad.
- Estos hijos de puta saben para lo que estoy acá, si no me apuro me van a voletear a mí y a vos también. Pascu se puso pálido.
- ¿Qué hacemos señor?
- Lleváme rápido a tu casa, tengo que hablar a Buenos Aires de manera urgente.

Durante el trayecto, y a pesar de mi escasa lucidez mental por la cantidad del alcohol que tenía en la sangre, me puse a repasar lo sucedido. La misión que venía a realizar era teóricamente secreta, pero desde que estaba aquí era más la gente que sabía lo que tenía que hacer, que la que no.
Imaginé que había un traidor. Alguien me había delatado, había acelerado los acontecimientos y sobretodo había puesto en peligro mi humanidad. ¿Pero quién podía ser? Desde mi llegada a Madrid había conocido a sólo cinco personas: la bruja dueña del hotel donde me alojaba, el dueño del comercio de armas, los dos espías con quien hice el contacto aquella noche, Víctor Hugo y Clara (la deslumbrante y misteriosa Clara) y Pascu.
De los cuatro primeros no tenía porqué sospechar, el monstruo del hotel, no parecía tener la inteligencia como para engañarme. El comerciante de armas no me había parecido sospechoso, aunque sus últimas palabras me habían dejado un poco sorprendido; de los dos espías aún no podía decir nada, sólo que ella tenía un parecido extraordinario con... Entonces sólo quedaba Pascu. Lo miré de reojo y me sonrió, su sonrisa sonaba franca, fiel, amigable... no podía ser él. Se había portado tan bien conmigo desde mi arribo, me había ayudado y sobre todo acababa de demostrarme que me era fiel, al sacarme de ese cabaret tan rápidamente.
Mientras sacaba mis conclusiones al respecto, el auto se estacionó frente a la casa de mi chofer.

- Baje señor, ya estamos en casa, dijo Pascu de manera amable.

Entré a la casa de Pascu y le pedí el teléfono, me urgía hablar con Buenos Aires. Pensé que allá serían la una de la mañana y que tal vez nadie me atendería, pero de todas formas lo intenté, las cosas se estaban poniéndose realmente feas.
Luego de varios intentos por fin alguien atendió, me sorprendió que el Jefe fuera mi interlocutor.

- Diga.
- Eh... Jefe qué sorpresa, no esperaba que fuera usted el que me conteste.
- ¿Qué pasa Tuqiito, ya está terminada la misión?
- No, para nada, ni empecé y ya hay un montón de gente que sabe para lo que estoy acá, es más, me han amenazado de muerte.
- ¿Cómo de muerte?, por lo que escuché está bien vivo, así que no habrá sido tan grave.
- Es muy grave señor, los tipos ya saben para lo que estoy en Madrid, me quieren boletear. Hoy en el restaurante donde estaba comiendo, cortaron las luces y me acusaron de traidor. La verdad estoy un poco cagado, yo le dije que esta misión no era para mí, a mí me conocen todos los de este palo. Es más sino hubiera sido por el chofer, que tan gentilmente usted puso a mi disposición, tal vez estaría muerto...
- Chofer, ¿de qué chofer me habla Fernández?

En ese instante la puerta se abrió y Pascu apareció ante mi ojos, su sonrisa ya no parecía tan franca.

Continuará...


Nota: mi idea es subir el resto de este pequeño relato todo junto, subí el capitulo 6 porque me insistieron algunos amigos.

Tito.-

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo decir que fue el que más me gustó hasta ahora. Creo que antes lo dije con otro capítulo pero este me pareció el mejor: diste los datos justos de la trama para lograr enganche.
Muy bueno Titín.

Anónimo dijo...

A esta historia de tanto suspenso definitivamente le faltaba una traición, una trampa grossa, así que me pareció muy bueno que apareciera. Hay que ver si Fernández logra salir vivo de ella...

Anónimo dijo...

Si, se confirmaron mis sospechas sobre Pascu. Ya me parecia!!