martes, 3 de febrero de 2009

Alejandro Sokol: 30 de enero de 1960 - 12 de enero de 2009



Saldremos a buscarte hoy


No se puede hablar del Bocha en pasado, pero la realidad nos obliga a hacerlo. Pero es que resulta imposible creer que lo que pasó es cierto. Nadie que quiera al rock puede aceptar, sin oponer resistencia, que nunca más vamos a ver a Sokol bailando arriba del escenario, que jamás volveremos a escuchar una nueva canción suya, que ya no habrá ocasión de cruzarlo por la calle, alguna madrugada, y darle las gracias por hacernos felices y decirle lo mucho que lo queremos. ¿Cómo entender que no veremos más su mirada sincera, tierna, sufrida, amiga?
Sin embargo inflamos el pecho y lo admitimos, aunque sea por un instante: El Bocha se fue. Pero enseguida esa idea se rechaza, se niega. Porque es injusto, porque no se lo merecía. Alejandro no estaba bien, lo sabíamos todos: lo rajaron del grupo al que había dedicado su vida. Él se quedó junto a unos pibes en otro proyecto, empezando de cero, a pulmón, por amor al arte, al rock. Él mismo llevaba a la imprenta el pedido de fotocopias para armar la presentación a los medios de “Cría de lobos”, la primera canción que mostró de El Vuelto.
Esto es un error. No puede ser cierto.
Con la muerte del Bocha, entre otras cosas, perdimos a un artista sin igual, porque él iba más allá de hacer una canción linda o de cantar bien: Alejandro ponía el alma en su arte y eso lo hacía único. Él cantaba lo que sentía, pero no un antojo sino lo que le comía las entrañas, lo que le quitaba el sueño, el hambre, el tiempo. La vida. Compartía con nosotros su alma, repleta de heridas pero hermosa, que tenía alegría también, que enseguida era nuestra.
Ayer fue un día triste. Ayer, 12 de enero de 2009, fue el último día que tuvimos al Bocha entre nosotros. No, eso sí se puede refutar: cuando escuchemos “Sin hilo”, “Pasillos”, “Boca de pez”, “La mirada del amo”, “Si supieras”, “Menos mal”, “Nunca me des la espalda”, “El cazador”, “Ya no estás”, “Solo”, “Muchos mitos” en nuestras habitaciones, de noche, con todo el mundo durmiendo, y miremos por la ventana al cielo estrellado, ahí vamos a sentir que Sokol nos mira contento.
Sí, desde allá arriba, se alegrará de que lo recordemos y mostrará su sonrisa cómplice rota; nos hará sentir que está con nosotros, que no se fue; nos acompañará con su música, su alma como lo hizo hasta ahora. Y, como corresponde, le seguiremos dando las gracias y, apenas por un rato, dejaremos de extrañarlo y llorarlo.

Augusto Do Santos

Redacción de El Acople

Fotos por: Cristian Seligmann

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bocha, lo que te voy a extrañar... :(

Anónimo dijo...

Muy buena nota. Lástima la noticia.
Saludos

Anónimo dijo...

Es realmente una noticia pésima, pero estaba claro que Sokol no se iba a morir de viejo

Nadia dijo...

Realmente una noticia horrible.
Me va a pasar lo mismo que con Pappo, ya van a ser 4 años y todavía no caigo que se fue.

Anónimo dijo...

Ah... perdón, la anterior fui yo.

Anónimo dijo...

che gatito y nadita invitenme a su blog jjaja