lunes, 22 de septiembre de 2008

LA CLASE MEDIA Y EL ÉXITO

Dos lecturas sobre los comportamientos de las distintas capas medias que van asomando. Por un lado, los sectores que pueblan con sus cuerpos y sus discursos el ya bautizado así “Palermo Soho” y, por el otro, los que salieron a las calles porteñas a defender una de sus banderas históricas: la educación pública.

Fuente: Página12, Sección Mitologías, La página de los análisis de discursos, Lunes 01 de Septiembre de 2008.

Por Santiago Diehl *

La clase media vuelve a estar de moda, en el mundo, en Latinoamérica, en nuestro país. Si hasta Mario Benedetti le dedicó, al parecer, un poema. Los efectos de este resurgir nos llegan de distintas maneras. Desde el nivel global, el crecimiento de la clase media en China e India, los dos gigantes mundiales en materia de población, impulsa la demanda de alimentos que acabamos de sentir como coletazo en el conflicto por las retenciones a la exportación de productos agrícolas. En nuestra región, en especial en Brasil en tanto potencia regional, la demanda de productos argentinos vigoriza al Mercosur como asociación geopolítica estratégica. En nuestro país, con la recuperación de una clase media urbana empobrecida en los noventa y con el surgimiento de una nueva clase media alta vinculada con la producción agrícola con destino de exportación. Una clase media cacerolera, beneficiaria directa del boom de los commodities agrícolas, aunque no necesariamente como productora sino más bien como rentista campestre.
Ahora bien, la definición de clase no sólo es una cuestión económica –una categoría estadística hecha en base a la cantidad de bienes, al nivel educativo y de ingresos y al tipo de trabajo–, sino que implica variables culturales, como prácticas, hábitos y actitudes. Pertenecer a la clase media conlleva una identidad simbólica que engloba capital económico, social y cultural. De la combinación de esos factores resulta un grupo heterogéneo de actores sociales que se denominan a sí mismos como clase media.
Una sociología de bolsillo me llevó hace unos años a toparme con la categoría de clase media “fascion”, mitad fashion mitad facista, que hoy tiene epicentro en los cacerolos barrios porteños de Recoleta, Las Cañitas y Palermo Soho. Su máxima aspiración es el éxito individual, la consagración social, algo así como aparecer en la tapa de Gente. El Charly García más lúcido lo definiría como “el mundo de Cinzano”, la máxima aspiración del medio pelo jauretchiano. Una vez alcanzado el éxito individual, se trata de que nada altere ese estado de gracia, y eso es en parte lo que expresaron las cacerolas contra la redistribución del ingreso sojero.
Es paradójico que haya sido este mismo tipo de políticas contra las que ahora protestan, impulsadas por el primer peronismo, las que llevaron a la Argentina a ser la sociedad con la más amplia clase media en un subcontinente notoriamente fracturado en sus polos sociales.
Pero hay también una clase media progresista que no recae en la inmediatez, y aún cree en el valor de la justicia social y en la educación pública como aglutinador social. Su genealogía política es trazable a lo largo de la historia de nuestro país: en el surgimiento del radicalismo como alternativa de inclusión burguesa superadora del país fraudulento y concentrado de la oligarquía agroexportadora; en el peronismo integrador de las masas populares trabajadoras, que encuentra en los radicales de Forja un pedazo sustancial de una alternativa nacional y popular. Una clase media que, Cooke mediante, encuentra su máxima expresión en la militancia política de los setenta y, luego, aprende el valor de sumar lo “democrático” al proyecto como trágico saldo de la dictadura. Esa clase media es progresista en tanto se identifica con la idea de avance y de mejora paulatina. Al fin y al cabo, eso es el progreso.
Pero los componentes progresistas de la clase media están hoy socialmente aislados y no encuentran en los relatos mediáticos más que descalificaciones a sus propias convicciones. Es un típico fenómeno de espiral de silencio, en sectores muy habituados al consumo de información de los medios de masas. Esto es lo que se hizo evidente en la sensación de catarsis que expresan muchas personas al acercarse a espacios como Carta Abierta o en los fascinantes intercambios en la blogósfera. Sin ir más lejos, la semana pasada el blog Un día Peronista (www.undiaperonista.blogspot.com) puso el dedo en la llaga del periodismo identificado como progresista. Lo bueno de las nuevas tecnologías de la información es que democratizan el debate –al menos para quienes están interesados en contraponer argumentos y no sólo descalificaciones–, y permiten instalar diálogos que superan el monólogo eterno que nos proponen los medios unidireccionales de comunicación.
Seguro no va a faltar en esta polémica el inefable que diga que los argentinos castigamos el éxito. Pero lo que parece estar en discusión es si vamos a ser capaces de triunfar como país, como región, como sociedad, como cultura. Se trata de comprender, aunque más no sea por mero instinto de supervivencia, que ser la región más desigual del planeta, incluso más que los países africanos, no garpa. Que la inseguridad que tanto preocupa a nuestras clases medias –alimentada programáticamente desde los grandes medios–, es un síntoma más, seguramente el más evidente, del síndrome de belindia que padece nuestra región. De allí que la solidaridad como valor social –la empatía con los que están peor– sea el pilar fundamental de una estrategia de competitividad sistémica que redunde en beneficio de todos.
* Psicólogo. Master en Política y Comunicación (LSE).
Loly

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si todo bien, pero sólo por poner un caso el Mst partido político que sólo tiene representación en la Universidad, estuvo tanto en las marchas por la educación pública, como en el mayor acto polítco de la derecha en años. Y también apoyó a todos los cacerolazos. Del mismo modo acusan a Carta abierta de K, condición que según ellos los vuelve inaceptables, haciendo gala de ese espiritu tan democrta que siempre tiene la izquierda gorila argentina.
Aunque coincido con la nota me parece que esto se le escapo al cronista.

Saludos.-

Anónimo dijo...

El articulo es mas social que politico, por eso no apunta contra ciertos partidos de izquierda que apoyaron a la derecha en el conflicto, porque Kirchner es lo peor que hay.
Como el Partido Obrero, que estuvo presente en el primer caerolazo, aunque despues se arrepintio y se separó de ambos sectores.
La clase media argentina no tiene empatía con las clases trabajdoras o más bajas (seguramente de donde provinieron muchos de sus antepasados) porque siempre apunta hacia arriba, "caga mas alto de lo que puede". Reniega de lo que es y de lo que fue, para ser "mejor" que en esta sociedad de consumo significa tener más (plata, prestigio, propiedades, autos). Entonces resulta lógico que la clase media urbana borrega saque la cacerola para defender la renta de propietarios, exportadores o explotadores de la tierra, pero que no la saque para defender salarios de peones rurales, obreros o docentes.
Se identifica con lo que "quiere ser" con lo que le gustaria ser, con lo que le gustaria tener, a lo que apunta.
Perdon, me equivoque, es que no tenia a mano la tapa de Gente o de Critica de esos tiempos: "Cacerolazo por el dialogo". Cuac.

Dotas dijo...

Viendo esta foto me acorde de lo de "Giro a la izquierda..." que leí hace unos días por aquí!

http://www.infobae.com/contenidos/405078-100799-0-La-reapertura-del-canje-deuda-reinsertará-al-país-el-sistema-financiero

...el rubiecito de la derecha tiene pinta de haber estudiado Filosofía y letras en Puan..., el de la izquierda 100% Marcelo T!

Y no es una crítica, nada más que les anticipo que durante los próximos 2 años podremos observar como los hechos y los discursos, que tanto se chocan en el Kichnerismo, van a empezar a confluir de la forma más obvia posible: menos centroizquierda, más centroderecha. Es una obviedad que por lo menos se nota hace tres años, pero bueno todavía lo disimulaban con el discurso psuedo progresista.
Yo no me escandalizo, lo marco para aquellos que piensan que estamos en presencia de un movimiento cuasi revolucionario!

Espero que alguna vez migremos hacia un progresismo sustentable, ahí me sumare con mi voto a quien corresponda y lo exprese de la mejor manera.

Anónimo dijo...

Ja esperaba tu comntario dotas!
Creo que es la primera medida de centro derecha que toma este gobierno. Que desde mi punto de vista es más progresista que el de Kirchner.
No comparto la medida aunque puedo llegar a entederla teniendo en cuenta que las finanzas del mundo se caen a pedazos.

Si lo decís por mi lo de "movimiento cuasi revolucionario", en la vida dije semejante cosa. Lo que si digo es que no encuentro cosas a la izquierda de este gobierno